Terrazas y Exteriores
El arte de la pausa
Hay lugares que invitan a la acción y otros que inspiran la calma.
Hemos diseñado cada rincón de esta casa pensando en el bienestar. Pero si tuviéramos que elegir el lugar donde la magia sucede de forma más natural, sería aquí. En este espacio que no es del todo interior ni del todo exterior, abrazado por muros de piedra. Aquí es donde se forjan los mejores recuerdos.
Las Terrazas
- Para las mañanas: es el lugar donde el primer café del día sabe mejor. Mientras el jardín se despereza, aquí puedes planificar la jornada con calma.
- Para las tardes de sombra: cuando el sol aprieta, las terrazas se convierten en tu oasis. Es el refugio perfecto para una lectura, una siesta o para protegerse de esa choiva mansa que a veces nos visita.
- Para las noches mágicas: cuando el sol se va, el porche se transforma. Bajo una iluminación cálida y íntima, es el escenario ideal para cenas que se convierten en sobremesas, esas conversaciones sin prisa que arreglan el mundo.
Los Exteriores de la casa
- Muros que susurran historias: muros que han resistido el paso del tiempo, que han acumulado sol y lluvia, y que hoy te ofrecen un abrazo de bienvenida y seguridad.
- Aromas que te guían: dependiendo de la estación, te recibirá el aroma de las hortensias, el jazmín que trepa por la pared o la hierbabuena que crece junto al camino.
- El umbral de la bienvenida: es el umbral entre el mundo exterior y tu santuario de paz. Cruzarla es dejar atrás las prisas y aceptar la invitación a un ritmo más lento y humano.
La Barbacoa
Para los mediodías que huelen a leña y tiempo compartido: la barbacoa no es solo un rincón para cocinar: es el corazón de los almuerzos al aire libre, donde el aroma a brasas abre el apetito y las risas se mezclan con el canto de los pájaros.
Aquí, el menú se improvisa, los horarios se olvidan y el fuego reúne lo que importa: buena comida y mejor compañía.
Descubre por qué este lugar se queda con quien lo vive.
Hemos creado un ecosistema de espacios exteriores para que siempre encuentres tu rincón perfecto.
La silla está puesta. El vino, enfriando. La conversación, a punto de empezar.
El alma de Galicia te espera. Solo tienes que decir “sí”.
